martes, 24 de julio de 2007

conclusiones cuando no me puedo dormir

No me puedo dormir. En mi cama duermen, roncan y yo despierta dando vueltas, pensando en levantarme y combatir el insomnio, o simplemente contar algo, o pensar en alguna buena noche que tuve hace tiempo. Es increible, mientras mi cabeza estaba en ese buen momento, en aquel imborrable recuerdo, se apareció, así de la nada, una imagen de todas nosotras tratando de ser lo más consecuentes que podemos en este mar de relaciones interpersonales que hace mierda cualquier espectativa, y noto que cada una a su modo tiene un baile cósmico que no puede descifrar pero del cual habla como si fuera un crucigrama terminado. Je.
Y nadie tiene la fórmula de nada, y está bueno que así sea. Ninguna encontró todavía a quién agarrarle la mano a los 60, mientras que algunas lo buscan, otras no tanto, y así estamos, intentando ser un poco mejores cada, saltando o esquivando charcos, conflictuadas o conflictivas, acostumbradas, a las puteadas, con necesidad de terapia, con sexo, sin sexo, con cuernos, con amoríos, con proyectos, con ganas de recibirse, recibidas, con futuros viajes, sin trabajo, juntas, compartiendo todo esto, transformandonos las vidas.
De profesión, alquimista de emoción.

Sonrío y pienso en hacerme un te para ahora sí, dormir.

cómo



es esto que cada capítulo de sex and the city es tan exacto, tan preciso.

tan burdas, sencillas y descriptibles somos las mujeres occidentales?

De la cama al living

Y ayer fue Matador, se nos sumó la Luli, quien decidió que las noches eran más divertidas en el Reducto de Gavilanes.
Cuando les bajé a abrir, ya sentí como hoy iba ser un día con más de 36 gr.
Es así, desde chica me doy cuenta cuando me estoy por enfermar. Una vez, sentada en la cocina de mis viejos dije -a la tarde voy a tener fiebre, todos ser rieron pensando que simplemente estaba alardeando, resultado: Marina se hizo respetar en la familia, y todos sabemos que cuando digo, me voy a enfermar, es así y no hay con que atacarlo, es una especie de preaviso, del cual los médicos de la familia no se hacen cargo.

El hecho es que abrí los ojos en mi cama, cerca de las 12.15, y sentí como mi espalda estaba necesitando estar en posición horizontal muchas más horas. Mala suerte che, fiebre un martes de invierno. Las preguntas que hice fueron, me voy para que el aita me cuide en su cama, llamo al otro y le digo, veni o simplemente disfruto de mis sábanas coloridas y de andar en pijama todo el día, preparandome tes y manzana rallada, decidiendo que sólo hoy me puedo enfermar (mañana hay muchas cosas que hacer), y recibiendo llamadas de mis amigas quienes se ofrecen a traerme películas y cosas lindas para pasar el rato.
Hoy es así, un día en casa, que no sé bien porqué razon hoy se encuentra tan clara.

Y yo voy de la cama al living, con mi dormitorio convertido en la tercera guerra mundial, entre ropa sucia, zapatos, garfields, galletitas de agua, tazas vacías, mate, mugre, almohadas, cds, y por fin, silencio.