lunes, 23 de abril de 2007

oir amor

Lo cierto es que hoy anduve pensando en el corazón. No me gusta escribir acerca de si amo o no amo, o sobre el amor que no llega, que llegó que se fue, que está. En realidad no me gusta escribirlo acá, la sensación de poca privacidad en cuanto a mi corazón me da vértigo.
Pero últimamente ando recordando mucho un fragmento de Luna de Avellaneda. Están los dos en un barco pequeño en el Riachuelo, y tienen una conversación en la él le termina confesando que está enamorado de ella, así despues de un ratito, una vez en tierra, ella da una serie de explicaciones acerca de la imposibilidad de enamorarse, en la que figura una que me sienta muy bien, aquí va.
-Es que yo estoy baqueteada mal, no sé si entendes. No quiero ser madre. Quiero ser hija!
Y termina la escena (que por cierto está muy lograda), cuando él le tira un...
-Bancate el amor! (todos recuerdan esta frase, quién no la repitió alguna vez?)

Así es que quería contarla, y que también quería dar un par de explicaciones. Esto de armar una pared protectora, de defender al pericardio, de tanto corazón coraza, muchas veces salió para el orto, pero otras tantas hizo un buen papel, y sí es inevitable a nadie le gusta sufrir, y si puede evitarlo porqué no. Ahora bien...por suerte el tejido del miocardio se reconstituye.
Nunca pensé que un lavarropas me iba a hacer un poco más feliz.
Qué sorpresas que uno se lleva eh?