lunes, 26 de febrero de 2007

Sin competencia

-Qué bueno que está. Ademas es piola. De profesión fotógrafo. Se puede hablar de cualquier cosa. Y está muy bueno. Pero no creo que me de cabida. Va...en realidad, le mando un mail, una llamada es demasiado...
-Uyy...lo respondió, pero lo invité y no vino...bueno...será de otra. No me voy a poner nerviosa por este pibe. Pero cómo me gusta...ojalá...

Y entonces en el cumpleaños vino, y mi panza me duele, que bueno. Esta es el mía, si vino y enicma me habla es que definitivamente va bien. Una amiga me da su bolsito para sacarme estas ojeras y ponerle color a cara. Me duele la panza...cosquilleo, que buenoq ue viniste.
-Anda y hablale dale.
-Me da vergüenza, pero ya estoy acá, si vino es por algo. Tengo unos cuantos daikiris y demases alcoholes encima, seguramente él también, además a las 3 am todo es más fácil. Y bue...me siento cerca, empiezo la conversa.

-Yo creo que todo bien, si me está hablando, me mira, me toca la pierna...pará un poco porque te llevo en diez a la habitación de abajo, y le hablo, me hago la interesante, le hablo de el romanticismo pseudobolchevique, le hablo de la integración latinoamericana, le hablo de música, canchereo, el me mira, me mima, estoy por querer enamorame. Y qué bien me vendría.

Y el cross izquerdo llego después de una hora de ilusión.

-Che, es gay.

Y trato de hacerme hombre, me pongo colita de pelo, quiero sacarme el vestido, pongo voz grave, me siento derecho y hago como si me rascara un huevo.
-Pero soy mujer, y no puedo competir.

Y terminé al otro día en una cama que no era mía a los gritos pensando es puto.
Y no quiero ser su amiga, si ya tengo.
Punto final.