martes, 16 de febrero de 2010

escupa señorita

Una jornada entera en una oficina del centro. Teníamos que elegir los delegados del sindicato, llevar los afiliados a votar, militarla un rato. Lo vi.
Recién lo miré cuando se paró. Tenía lo justo, unos pantalones de esos militares, una remera que no recuerdo, y unos zapatos-zapatillas, de esos entre montaña y ciudad. De cara normal, pero de altura justa.
Entre votos y compas amigos, charlas y conteo mediante, un cigarro cerca de la ventanda nos llevó a media hora cerquita de la urna. Él era el presidente de mesa y garantizaba la elección, yo una militante queriendo armar lío en el trabajo. Se consumió el cigarro, pero no las ganas ,fue tan sólo media hora entre viajes, Rio de Janeiro en verano, Rio en carnaval y hay que fumar menos.
Cuando terminó la jornada eleccionaria, con nueve flamantes delegados nuevos, la urna al sindicato y yo a San Telmo. Marco el número amigo y al son de -me enamoré- seguí por Balcarce hasta la Plaza Dorrego, un café con un amante-acompañante me esperaba.
-Me enamoré, así sí, en media hora. -Éste tiene que estar conmigo, la altura justa, los pantalones perfectos, ni siquiera fallaron sus zapatos-zapatillas. Es amigo de un amigo, no puede ser tan dificil rstrearlo.
Pero pasó un mes hasta que me animé a pedir presentación. Y pasó otro mes hasta que lo vi. Estaba ahí parado, paradojicamente en una marcha. Se acercó, beso en la mejilla y caricia en la mano,así, tan lenta, tan no te conozco pero, tan bien, tan justa. Nos invita a los presentes a ver el partido a su casa, que la tele es grande, estamos cerca, y yo que ni idea que ese dia jugaba la selección. Al grito de cuando me va a llamar, huí por Av. de Mayo, cruce Perú y doble para perderme entre la gente.
Y sonó el teléfono, habían pasado dos horas, y sin mucha espera vino el -nos vemos mañana, dale, hoy no puedo, te llamo, nos cruzamos a la noche.

Ahí empezó todo, -por Once no, Congreso está bien. Un frío que te cala los huesos, un vino, y hablar, contame, te cuento, soy de aca voy para allá. Salgamos a fumar. Me da una especie de abrazo, de mimo, me toca, me está tocando, tan bien, tan simple, tan. Y entramos, la cuenta, tu casa, mi casa, cuál está más lejos, vamos donde esté el fino.
Tu casa está buena, lo escuché a él y a su musica, y lo miré. Dormí mal, obvio, pero no me fui hasta las 14 hs del otror día.

Lo escribo porque no lo olvido y porque quiero mas. Porque me enamoré en media hora, me conquistó en pocos meses. Y ahora no te tengo y todo es más dificil. Todo es mas aburrido, t o d o e s m a s l e n t o, más monocromático. Lo escribo porque quiero vivir enamorada otra vez y de vos. Lo escribo a ver si estas palabras se transforman en energía y esta energía te llega y te traspasa. Te doy desde acá lo que de cerca no puedo. Lo escribo porque quiero verte y susurrarte al oído que me gustaría tenerte, tenerte libremente, porque quiero hablarte, tocarte, compartirte. Lo escribo porque no me enamoro fácil y porque estoy enamorada.

Lo escribo porque nunca escribo tan explicitamente nada.