miércoles, 20 de febrero de 2008

corriendo destinos

Hay una película que siempre me gustó mucho, En Busca de un destino, la vi un par de veces, y hace una hora la enganche otra vez, muchos deben haberla visto, quien no, vaya, búsquela y no dude.
Me fui hace un rato nomás a buscar tres cervezas, una era poco, dos mmm, tres, por si las moscas. 300 gr de fiambre, un poco de pan, tengo cena y unos cuantos vasos llenos.
Con el chop cerca y un cigarro que volvió, me siento a escribir.
Hay cierto grado de melancolía en este día. Justificada claro, por lo que hice hoy, que no viene a cuenta en este blog, pero si en mi cabeza.
Busco en la mente receurdos de cosas buenas, pero no llenan, llamo y no me atienden, y comienza la instrospección de la que no quiero salir. Cosas que se rompieron, decisiones cuestionadas, buscando un destino que no se encuentra a la vuelta de la esquina, que se debe hacer y eso lo tengo en claro, pico y pala en este cerebro, manos a la obra con este cuerpo, que sí, que ya lo sé.
Entonces pienso el vértigo, y sí, eso es lo que tengo, a lo Kundera, ese miedo a querer tirarse, si de hecho soy fóbica a las alturas, el miedo a lo que está por venir, el miedo a.
Y el chop que transpira me deja, ahora sí, con la melancolía de lo que podrá ser.

y busco un destino, claro, y esta vez, no quiero conversarlo.