martes, 5 de febrero de 2008

insomnes

no me puedo dormir, ni los simpons me imnotizan lo suficiente como para que pegue ojo. La tv no me entretiene, no tengo ganas de leer nada. Me fumaría 14 cigarros, unos detrás de otro, busco en la caja ladrona de mi cerebro . El que busca encuentra. Tuca salvadora.
Prendo la máquina.
A. no tiene celular, imposible pedir rescate.
mando mensaje: maldito insomnio, respuesta instantanea: tamos igual.
Hablando una noche con unos ingleses, intentando explicarles porqué Buenos Aires era especial y porqué debían venir, después de decir una cantidad extrovertida de mentiras piadosas y soberbia porteña, encontré algo que me seguí creyendo con el paso del tiempo.

Baires es la única ciudad en el mundo en la que yo levanto el tubo a las tres de la matina y me responden del otro lado.
Voy a ver si puedo pegar ojo sola, pero a sabiendas que hay un par de insomnes por Paternal, acá a la vuelta de la esquina.
no sabía yo que había alguien preguntándose porque nos emborrachábamos las mujeres. Pero sí.
Me puse los lentes rojos.
Dejo Brasil y su encanto, sus eternas caipiras, sus playas, su lluvia, su fogón, su boliche, sus argentos y brazucas, y llego a Paternal después de 48 hs en un eterno viaje de vuelta.
Quedan en el cuerpo las resacas, los martinis y tafiroles.

entonces pensando como comenzar este febrero, busco en baires a los amigos y los encuentro a la vuelta de la esquina.

Moreno Veloso acompaña este regreso compañeros.