viernes, 6 de julio de 2007

Es increible lo que hace el tiempo, glorioso.
Se de filósofos que no hacen otra cosa más que pensar en eso. Se que es un tema muy comlpejo de abordar, pero es no es necesario para contar esto.

Resulta ser que después de pensar mucho en alguien, después de irme a dormir carburando cómo habrá sido esa noche y despertarme con la misma sensación, esa que se lleva en el cuerpo, que duele, que pesa, que se acerca y se va con facilidades admirables, que sin querer aparece sin pedir permiso alguno y se queda, esa angustia que uno acarrea, y a la que se acostumbra, con el tiempo se va.

Y va desapareciendo, se va escondiendo en algun hueco y, sale cada vez menos a tomar sol.
O al menos viene cada tanto...

sera mi puño que pegó la piña para que no vuelva? o será siemplemente culpa del tiempo?

Me suena el teléfono a las 8.30 de la mañana y era una voz desesperada avisandome que el agu de su canilla estaba corriendo, que me pagaba el taxi, que vaya, que la casa se me inunda, que por favor. Es así que despego la cabeza, me cambio, me tomo un cafe con leche e indico -San Martin y Tres Arroyos.
Cuando entro no veo una gota de agua. Nada, una gata con cara de gata, un lindo living, y un baño sequito sin ganas de inundarse, no había ninguna canilla abierta, ningúna urgencia, ningun bombero juntando agua, ningun edificio mojado, tan sólo una amiga y su TOC, y una bombacha colgada en la casa de la que cuelgabombachas como yo.