martes, 24 de julio de 2007

De la cama al living

Y ayer fue Matador, se nos sumó la Luli, quien decidió que las noches eran más divertidas en el Reducto de Gavilanes.
Cuando les bajé a abrir, ya sentí como hoy iba ser un día con más de 36 gr.
Es así, desde chica me doy cuenta cuando me estoy por enfermar. Una vez, sentada en la cocina de mis viejos dije -a la tarde voy a tener fiebre, todos ser rieron pensando que simplemente estaba alardeando, resultado: Marina se hizo respetar en la familia, y todos sabemos que cuando digo, me voy a enfermar, es así y no hay con que atacarlo, es una especie de preaviso, del cual los médicos de la familia no se hacen cargo.

El hecho es que abrí los ojos en mi cama, cerca de las 12.15, y sentí como mi espalda estaba necesitando estar en posición horizontal muchas más horas. Mala suerte che, fiebre un martes de invierno. Las preguntas que hice fueron, me voy para que el aita me cuide en su cama, llamo al otro y le digo, veni o simplemente disfruto de mis sábanas coloridas y de andar en pijama todo el día, preparandome tes y manzana rallada, decidiendo que sólo hoy me puedo enfermar (mañana hay muchas cosas que hacer), y recibiendo llamadas de mis amigas quienes se ofrecen a traerme películas y cosas lindas para pasar el rato.
Hoy es así, un día en casa, que no sé bien porqué razon hoy se encuentra tan clara.

Y yo voy de la cama al living, con mi dormitorio convertido en la tercera guerra mundial, entre ropa sucia, zapatos, garfields, galletitas de agua, tazas vacías, mate, mugre, almohadas, cds, y por fin, silencio.

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