48-Techos
si debes esconderte de mi
que sea bajo esos techos bordados
en los edificios pacientes
que van doblándose
y envejeciendo lentamente
esos techos
que gozan de la libertad
de las feas
esos techos que ya nadie advierte
y que solo nos enseñan
su hermosa decadencia
si debes esconderte de mi
porque mi enfermedad es terminal
y contagiosa
que sea bajo la sombra
de las posibilidades
poéticas
calkaño/calkuta punto final.
martes, 25 de noviembre de 2008
domingo, 23 de noviembre de 2008
miércoles, 19 de noviembre de 2008
viernes, 14 de noviembre de 2008
ritual de lo habitual
Eran eso de las diez de la noche y yo, que dormía en la cucheta en la pieza con Nati, me pasaba al otro cuarto. Todavía no se cómo se decidía este cambio de rutina, si era en los días en que nos quedábamos trasnochando, o cuando Nati dormía afuera, o simplemente era él o yo, quien decía, -hoy dormimos juntos.
Sacábamos la cama de abajo, y comenzaba el ritual.
-que esto yo lo hago todas las noches, de veras, invoco mediante esta danza y este rezo a este dios.
Y estaba en su cama patas arriba, con las manos detras de la espalda llegando a la cola , la cabeza colorada, moviendo los pies de un lado al otro haciendo la bicileta. O bien podía ser: sus palmas juntas rezando, las rodillas pegadas al menton y su frente a la izquierda. Siempre cambiaba, de posición, de dios y de rezo. Pero él juraba que no, que así habían sido las últimas diez noches, ponele. Calculo que esa era la frecuencia con la que dormíamos juntos.
Y yo en la cama de abajo, repitiendo/imitando/copiando, en todas esas noches compartidas, el ritual de lo habitual con mi hermano.
Sacábamos la cama de abajo, y comenzaba el ritual.
-que esto yo lo hago todas las noches, de veras, invoco mediante esta danza y este rezo a este dios.
Y estaba en su cama patas arriba, con las manos detras de la espalda llegando a la cola , la cabeza colorada, moviendo los pies de un lado al otro haciendo la bicileta. O bien podía ser: sus palmas juntas rezando, las rodillas pegadas al menton y su frente a la izquierda. Siempre cambiaba, de posición, de dios y de rezo. Pero él juraba que no, que así habían sido las últimas diez noches, ponele. Calculo que esa era la frecuencia con la que dormíamos juntos.
Y yo en la cama de abajo, repitiendo/imitando/copiando, en todas esas noches compartidas, el ritual de lo habitual con mi hermano.
...con alegría y orgullo...
...empiezan a levantarse en la tierra unos ladrillos que quieren llegar al cielo...
jueves, 13 de noviembre de 2008
martes, 4 de noviembre de 2008
me iba de aca, tipo 19.30.
salgo medio loca con los lentes rumbo al 92.
observo que esta anocheciendo, entonces los lentes afuera, puta madre.
subo al 92, en la mitad del bondi, parado, un flaco de pelo largo, barba y tatuaje con unos teribles lentes. Pienso, me los tendría que haber dejado, somos muchos mas que dos.
Me siento, lo miro al flaco y veo un bastón. Es ciego.
salgo medio loca con los lentes rumbo al 92.
observo que esta anocheciendo, entonces los lentes afuera, puta madre.
subo al 92, en la mitad del bondi, parado, un flaco de pelo largo, barba y tatuaje con unos teribles lentes. Pienso, me los tendría que haber dejado, somos muchos mas que dos.
Me siento, lo miro al flaco y veo un bastón. Es ciego.
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