jueves, 29 de mayo de 2008

Dejaste el auto a la vuelta de la plaza de Costa Rica y Armenia, dispones ir a cenar ahí nomás. Llega el muchacho que "te cuida" el auto, el auto bien, de esos modernos y grandes, le tenes que dejar la propina, y en la billetera del muchacho no hay billetes menores de cinco. Vos pensas que cinco está bien, que con ese auto y esa cara, en fin... entonces él se da vuelta y te pregunta si tenés cambio. Y no tenés. Y le da, con cara mas o menos, los cinco pesos, al ritmo de me parece que es mucho.
Cuando terminás de comer y buscas propina, sacaste cuatro pesos de tu bolisillo en dos billetes de dos, y ahí él te mira con cara de sorprendido, diciendo:
-me dijiste que no tenías cambio.
Entonces, mirás con cara desencajada pensando que bueno, que no te diste cuenta, y él después de dos horas, una cena y un vino, recuerda que haberle dejado cinco pesos era mucho.
Razón suficiente para no volver a verlo, creo yo.

Rata no da...

4 comentarios:

Gona dijo...

qeu buen relato de lo que podria haber sido una buena cena no?, pero siemrpe caen esos personajes para contarla por aca. Te quiero amigueta, y cualquier cosa mirá pero rata noooooo.

Gabriel dijo...

Yo nunca me olvido de la vez que le hice garpar el taxi a una mina... no una, sino dos veces... en la misma noche...

WIB dijo...

seee!!! colo...esta bien pagar a medias, esta mal que cinco pe parezca mucho!!!
siempre paga el que puede claro esta!

Gabriel dijo...

Es que no garpamos a medias...

Son los riesgos de salir a romper la noche con solo 20$ en el bolsillo.