miércoles, 14 de marzo de 2007

barriletes


Ponés canciones tristes para sentirte mejor cantaba Cerati el sábado y unos doscientos mil pares de orejas escuchaban. Entonces, me llaman -Vení abajo del cartel. Cuando llego miro sus caras y a continuación llega el -va como trompada. Cómo negarme.
De ahí en más, confusión.
Cerati comenzó a sonar mejor. O simplemente yo estaba mejor. O lo que sea. Pero todos pensamos qué buen recital. Me voy a los baños y no puedo divisar una sóla cara de los que tenía alredededor cual si me huebiera olvidado los lentes que no uso. Ya empiezo a reir.
Nos vamos, Figueroa Alcorta lleno de gente. Caminamos. Siempre caminamos. Nos llama la pareja -Nos lleva la gente. Los lleva la gente?. No llegan. Seguimos.
Entrego la tercera parte y nos disponemos a comer. Risas.
Palermo se adueñó de nuestras mentes.Río. Reimos. Nos descostillamos de la risa. No paramos de reir. Qué divertido. Confusión.
De ahí se suma la que no sabemos porqué no se sumó antes. Última parte entregada. Emprendemos nuestra recorrida a ver qué pasa. Quiero mis catorce litros de cerveza prometidos.
Entramos. Mucha gente. Muy chiquito. Mucha mina. Vamonos.
Rio. Risas. Risotas. Sonrisas.
Ahí llegan los que se habían perdido. Qué raro. Todo es raro. Perdida de la noción del tiempo lineal. Algunos dicen que no, que no es así. Yo todavía no la entiendo.
Ya estábamos todos. Rio. Reimos. Risotas. Sonsrisas. Gritamos, inevitable.
Me caí. Se ríen de mi. Me río de mí. Carcajadas. Y por alguna razón, mientras Palermo nos captura, nosotros nos perdemos, o simplemente paramos, nos sentamos, esperamos... qué?, o reímos y nos caemos, o el Carnal, Uqbar, el boliche del otro día, no me pidan que cabecee se los anticipo desde ahora.
Y todo tarda un poco más. Entremos acá. Insisto en los catorce litros. Promesa cuasi cumplida. Nos tranquilizamos, o eso intentamos. Río. Reimos. Nos sonreímos. Jua. No se puede bailar. Vamonos.
El camino fue interrumpido por distintas apreciaciones sobre la noche y algunas cosillas que por mucho intento no puedo recordar. Irreversible. Inexplicable.
Y entremos acá, está bueno. Catorce litros adentro. Música bien. NO importa qué ni cómo pero bailá. El cansancio entra en algunos. Las risas y gritos siguen en otros. Me quedo aquí.
Así es la noche.
Que barriletes. Me gustan los barriletes. Los barriletes vuelan, y sino no son. Volar Buenos Aires tiene ese no sé qué, y si sos un barrilete, mejor.

1 comentario:

marina k dijo...

llegamos ehhh, los barriletes por fin se reunieron,
y todo lo que queda por volar....